martes, 26 de agosto de 2014

SOBRE LA SOBERANÍA DE LAS ISLAS SALVAJES (PARTE V).


 
En Tiempos de Historia, en el día de hoy, continuamos con la quinta entrada sobre la soberanía española de algunos enclaves territoriales de los que se tiene poco conocimiento por parte de la población, por falta de difusión por parte del Estado y los medios de comunicación, por su complejidad jurídica o por la emisión de información errónea (en una parte o en su totalidad). El territorio que analizaremos en esta entrada, número 5, ha sido objeto de un largo conflicto existente entre España y Portugal durante siglos, cuya existencia es prácticamente desconocida por la sociedad española.
España ha poseído históricamente derechos de soberanía sobre las denominadas Islas Salvajes, soberanía que fue puesta en cuestión de forma interesada por parte del gobierno de Portugal en un momento muy delicado para España, como fue la Guerra Civil en el pasado siglo XX.

Con todo podemos afirmar, que aún en la actualidad, España preserva sus derechos históricos a la soberanía de las citadas islas si bien debe lidiar con Portugal ante las actuaciones internacionales que supo desarrollar muy inteligentemente y la ocupación que realizó de las referidas islas. Con todo, España oficialmente mantiene dicho contencioso por hacer valer su soberanía sobre el área de este pequeño archipiélago y sus aguas circundantes, perteneciente al entorno geográfico de las Islas Canarias, como se comentará posteriormente.
Vista desde Satélite de las Islas Salvajes
 
Es un archipiélago ubicado entre las costas de Madeira y de las islas Canarias, compuesto por un total de tres islas principales (Salvaje Grande, Salvaje Pequeña y Salvajita) y 12 islotes menores.
Los primeros en avistar y descubrir estas las islas, en el año 1402, fueron expedicionarios castellanos que no dieron parte internacional del descubrimiento, lo que sí hicieron los navegantes lusos que llegaron allí en el año 1438. Durante los próximos cuatro siglos ambos países reconocieron como suyo dicho archipiélago, manteniendo una constante pugna por dicho territorio. Ambos países mandaron numerosas misiones para poblar las islas pero todas fracasaron debido a lo inhóspito del enclave y la falta de agua potable.
Plano de situación geográfica de las citadas islas

Desde el punto de vista español siempre se ha esgrimido como derecho superior al de Portugal el descubrimiento de las citadas islas y, además, su pertenencia geográfica al entorno de las Islas Canarias. Hay que recordar que hay 280 kilómetros (158 millas) hasta Madeira y tan sólo 165 kilómetros (82 millas) hasta las Canarias.
Finalmente, en 1938, una Comisión de Derecho Marítimo Internacional dictaminará la pertenencia de las islas Salvajes a Portugal. España inmersa en plena Guerra Civil, no pudo enviar ningún representante, ni tendrá la oportunidad de recurrir a tiempo dicha resolución, es por ello que a pesar de dicha resolución, España no reconocerá ningún derecho a Portugal. Únicamente, tendrá que hacer una concesión llegado el año 1997, cuando, durante las negociaciones para definir el flanco sur de la OTAN, debió reconocer como algo inevitable el dominio control terrestre del archipiélago a Portugal. Si bien, España no reconoce ningún derecho a la explotación de las aguas circundantes que se consideran de dominio español, a partir de las 12 millas náuticas, por considerar a dichas islas como inhabitadas.
Portugal, sin embargo, sostiene que son islas habitadas al tener un número reducido de vigilantes, si bien no tienen actividad económica en la actualidad. El Derecho Internacional indica que cualquier trozo de tierra da derecho a su Gobierno a gestionar las primeras 12 millas marítimas, que lo rodean. Si el territorio tiene población fija y actividad económica su Gobierno puede extender su zona marítima de explotación hasta las 200 millas.
Por otro lado, si no hay mar suficiente para dichas 200 millas exclusivas para cada país vecino, la frontera marítima debe trazarse sobre la línea equidistante. Así, la línea entre Canarias y Madeira se situaría por encima de las Salvajes, con lo que la explotación marítima de esta zona sería para España. El conflicto entre España y Portugal continúa.

Ante todos los hechos analizados, consideramos que España siempre ha tenido derechos de soberanía superiores sobre las Islas Salvajes y que las maniobras realizadas por Portugal en el año 1938 no fueron honestas, si bien le dieron fundamentos para gestionar como propias dichas islas que hasta la fecha eran controladas por ambos países.

El desacuerdo de España sobre la soberanía de dichas islas y, además, sobre el derecho a la explotación económica (fundamentalmente pesquera) de dichas aguas jurisdiccionales que aún no se ha solucionado, hace que nuestro país efectúe en algunas ocasiones ciertos movimientos para demostrar su justo desacuerdo. Así, por ejemplo, en el año 2005 cuatro barcos de pesca españoles fueron capturados al sur de dichas islas, en la zona económica exclusiva que reclama Portugal. En julio de ese año uno de los guardas portugueses y un biólogo se enfrentaron a pescadores españoles. En el año 2007, un avión español sobrevoló las islas a baja altitud, con nueva demostración de inconformidad contra el Gobierno de Portugal, puesto que se trata de una Reserva Natural donde está prohibido el vuelo a baja altitud.

Quizás la salida al conflicto, aceptando los hechos consumados por parte de Portugal, sea que en un futuro ambos países aceptasen la co-soberanía de dichas islas, administrándolas de forma conjunta España y Portugal.


Por lo pronto, el conflicto no se ha resuelto ni tiene visos de resolverse, constituyendo uno de los conflictos territoriales más largos que gestiones España con Portugal, desde hace siglos.
Véanse las entradas anteriores: