Para mantenerse con vida, el Patrimonio Cultural Inmaterial debe ser pertinente para su comunidad, recrearse continuamente y transmitirse de una generación a la siguiente.
Se corre el
riesgo de que algunos elementos del Patrimonio Cultural Inmaterial mueran o
desaparezcan si no se les ayuda, pero salvaguardar no significa fosilizar este
patrimonio en una forma pura.
Salvaguardar
el Patrimonio Cultural Inmaterial supone transferir conocimientos, técnicas y
significados.
Se trata de conservar
lo bueno y útil, no sólo para el presente sino también para el futuro (para que
pueda seguir valorándose y transmitiéndose, así como aprender cosas nuevas de
las experiencias y logros pasados para mejorarlo aún más).